Una vez que el ser humano se ha encontrado solo frente a su propia realidad, tiene 2 alternativas, la primera, lanzarse al vacío desde la cima de un precipicio, o empezar a plantearse sus primeras preguntas en torno a su existencia, de la cual intuye algo debe existir para que cambie lo que pareciera ser una realidad cruel, mientras se hace inevitable conjeturar y exclamar cosas como: “daría lo que sea, a cambio de sentirme mejor de lo que me siento ahora” o decir: “Hay días... y días como hoy!!”, y trata de avanzar pero ¿cómo empieza, si está solo?, ¿qué debería hacer?... La pregunta del millón se ha planteado!.
Está solo, se encuentra solo:
- “quién soy?”,
- “de donde vengo?”,
- y “hacia donde voy?”
Se acompañará al “ser humano” a emprender su camino a través de esta búsqueda que empieza el día de hoy a través de este diccionario de 3 pasos, para todo aquel que quiere principiar.
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Paso 1: ¿Qué es la filantropía?
En un acercamiento al portal wikipedia.org, explica que etimológicamente la palabra filantropía deriva sus raíces del griego φίλος philos (o filos), y άνθρωπος, antropos, que se traducen respectivamente como "amor" (o "amante de", "amigo de"), y "hombre" (o "ser humano"); entonces, “filantropía” significa "amor a la humanidad", siendo su antónimo “misantropía”; definición que coincide al descrito en el diccionario Pequeño Larrouse; por tanto, filantropía es el amor al género humano y todo lo que a la humanidad respecta, particularmente, en su forma positiva y constructiva, expresado en la ayuda a los demás sin que necesariamente se requiera de un intercambio o interés alguno en una respuesta. Los esfuerzos filantrópicos son realizados por parte de individuos o por grupos de individuos organizados.
Los donativos a organizaciones humanitarias, personas, comunidades, o trabajando para ayudar a los demás, directamente o a través de organizaciones no gubernamentales con fines no lucrativos, así como lo es el trabajo de voluntario para apoyar instituciones que tienen el propósito específico de ayudar a los seres vivos y mejorar sus vidas, son considerados actos filantrópicos.
Historia
El término fue creado por Flavio Claudio Juliano (331/332 - 26 de junio de 363), quien fue emperador de los romanos desde el 361 hasta su muerte, siendo una de las tareas primordiales como emperador, la de restaurar el paganismo como religión de los romanos, en este intento imitó a la iglesia cristiana en todas sus instituciones e incluso en su doctrina, como en este caso, así acuñó el termino "filantropía" para suplir al cristiano de “caridad”, que formaba una de las virtudes de la nueva religión y que nunca había sido parte del paganismo como religión en Roma o en Atenas.
Paso 2: ¿Qué es la “benevolencia”?
Según el Diccionario Pequeño Larrouse, la palabra Benevolencia significa “Simpatía, buena voluntad”. Según describe un portal de internet dedicado a la filosofía, manifiesta que “la benevolencia se parece a la amistad; pero no es precisamente la amistad, pudiendo ejercerse sobre desconocidos, sin que sepan el sentimiento que se experimenta por ellos; lo cual no sucede con la amistad”. La benevolencia tampoco es la inclinación a amar; porque no tiene ni intensidad, ni deseo, síntomas que ordinariamente acompañan a la inclinación.
Así, la inclinación se forma por el hábito; pero la benevolencia puede ser hasta casual, por ejemplo, el interés que se toma por los luchadores; los espectadores, al verlos combatir, se sienten benévolos respecto de ellos y los auxilian con sus aclamaciones, sin que por eso estén dispuestos a tomar parte personalmente en la lucha. En este caso la benevolencia es del todo eventual, y la afección que provoca no pasa de la superficie. Esto nace del hecho que la amistad, como el amor, comienza al parecer por el placer de la vista; porque si al pronto no produce encanto el aspecto de la persona, no se la puede amar.
No quiere decir esto, que porque uno se sienta seducido por la forma, ya esté enamorado; pues sólo hay amor cuando se siente la ausencia de una persona y se desea su presencia. Es cierto que no pueden dos hacerse amigos sin haber experimentado antes la benevolencia; pero tampoco basta ser benévolo para amar. Uno se contenta con desear el bien a aquellos que son objeto de nuestra benevolencia, pero sin que por otra parte esté uno dispuesto a hacer nada con ellos, ni a privarse por ellos de cosa alguna. Sólo metafóricamente puede decirse que la benevolencia es la amistad.
Pero también puede afirmarse que la benevolencia, prolongándose con el tiempo y llegando a constituir un hábito, se convierte en una verdadera amistad, que no es la amistad por interés, ni la amistad por placer; porque la benevolencia no se inspira ni en uno ni en otro de estos motivos. En efecto, el que ha recibido un servicio corresponde con la benevolencia al bien que se le ha hecho, cumpliendo así un deber. Pero cuando se desea el triunfo de alguien, porque espera uno sacar también alguna ventaja, no es uno benévolo para esta persona sino más bien para sí mismo; a la manera que no es amigo el que trata a otro con la mira del provecho que de el pueda sacar.
En general, la benevolencia nace a la vista de la virtud o de un mérito cualquiera siempre que una persona muestra a otra que es hombre de honor, de valor o que tiene cualquier cualidad o este género, como los combatientes de que hablamos antes.
Paso 3: ¿Qué es la “beneficencia”?
Según el mismo diccionario Pequeño Larrouse, la Beneficencia es la “Virtud de hacer bien”, “Ejercicio de la caridad”, así como el “Conjunto de institutos benéficos y de los servicios gubernativos referentes a ellos”.
Ahora bien, según lo consultado y a fin de establecer no solo la conceptualización de estas aparentes palabras, sino también una relación entre estas con el desarrollo del ser humano, es importante dirigir una lectura de ciertos textos Mas:. complementarios:
“Son la filantropía y la beneficencia dos de los principales deberes para con todos los seres humanos, sin excepciones y sin distinciones, la historia de la Mas:. está pletóricamente marcada por la beneficencia, para con aquellos que han sido especialmente marcados por la infortuna, influida no solo por la filantropía”.
Algo que se puede asimilar de estas lecturas es que no basta con ser benevolente, o querer el bien para los demás dicho en otro sentido, ni siquiera de querer ayudarles, sino que basado en un principio filantrópico, a las personas se las debe ayudar para que salgan adelante, previniendo el error y la ignorancia, que es raíz de todos los males, por cuanto la beneficencia sin sentido en lugar de arreglar los males, más bien tiende a enraizarlos.
Finalmente todo acto no debe ser difundido, para no generar en el beneficiado, ni en el benefactor, sentimientos que puedan dar percepción de hundimiento para el uno, ni de engrandecimiento en el otro.
La benevolencia y la beneficencia para sí mismo
Si se toma en cuenta que benevolencia (bene + volum) etimológicamente es “querer el bien” y que beneficencia (bene + factum) es “hacer el bien”, podemos definir que la aplicación para sí mismo, nace cuando el ser humano ha tomado conciencia de la dualidad que circunda la vida de las personas en cualquier instante de sus vidas, causando las diversas crisis por las cuales atraviesa, siendo un deber elevarse por encima de esta dualidad para ver las cosas tal cual se presentan en la realidad, distinguiendo en medio de la crisis el error o la ignorancia que generaron este evento, lo cual primero no hará agravar el problema, ni permitirá que este haga raíz en sí mismo.
Por tanto ser benevolente hacia si es ser consciente y evitar la autocompasión, a la cual recurrimos en medio de una crisis, y por otra parte, la auto beneficencia que radica de tal elevación consiste en permitir se ejerza en nuestro interior el efecto de la "frase levántate y anda", tal cual debe ser el fin de la verdadera beneficencia.
Excelente trabajo, me ha agradado bastante. Felicidades. :)
ResponderEliminarMil gracias!!! Nada que no deba agradecerte a tí mi B:.A:.Hno:.!!! =)
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